Manifiesto institucional del Ayuntamiento de Yecla con motivo del Día Internacional de la Mujer
Un año más nos reunimos para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que se celebra en Yecla bajo el lema “No dejemos de latir”, renovando nuestro compromiso firme e inquebrantable con la promoción de la igualdad plena entre hombres y mujeres, sin distinción de origen, edad, etnia, orientación sexual o cualquier otra condición.
En esta jornada, resaltamos el esfuerzo y la dedicación de tantas mujeres que han contribuido y continúan aportando al progreso de nuestra ciudad, nuestra región y nuestro país. Su labor en la familia, la educación, la empresa, la cultura y la vida comunitaria resulta indispensable para el desarrollo y bienestar colectivo. Todos conocemos mujeres que, mediante su entrega, cariño y compromiso, han influido de manera decisiva en algún momento de nuestras vidas.
La educación en igualdad y la promoción de valores como el respeto, el mérito y la capacidad son esenciales para erradicar la discriminación. Es imprescindible impulsar iniciativas que fomenten la libre elección de formación, alejándola de estereotipos, y permitan una participación plena en cualquier ámbito laboral.
Debemos ser conscientes del valor de la diversidad de talentos y capacidades como un pilar fundamental para el crecimiento y fortalecimiento de nuestra comunidad.
Este año hemos reconocido el papel crucial de mujeres yeclanas que, con su esfuerzo y vocación, han dejado una huella imborrable en nuestro municipio. Su compromiso social, investigador o emprendedor sirve de ejemplo e inspiración para muchas otras y, sobre todo, para las generaciones futuras.
Yecla está orgullosa de sus mujeres. Ellas han sido clave para que nuestra ciudad sea lo que es hoy en día, gracias a sus logros en el mundo empresarial, social, cultural, deportivo y educativo, e incluso desde la perspectiva más íntima y familiar. Desde distintos ámbitos, han sido y siguen siendo motor de cambio y desarrollo. Sigamos promoviendo ese liderazgo femenino que impulsa la participación de las mujeres en todos los niveles de la sociedad.
Defender la igualdad no debe implicar enfrentamiento. Por ello, rechazamos cualquier tipo de confrontación radical, la imposición de dogmatismos de género dañinos o la existencia de leyes que han beneficiado a más de 1.400 criminales sexuales, incluidos violadores y pederastas.
Las mujeres merecen respeto, oportunidades y seguridad, no discursos vacíos ni normativas perjudiciales. Tanto ellas como los niños tienen derecho a vivir en entornos seguros, sin miedo, sin violencia y sin que su protección quede supeditada a intereses ideológicos.
La verdadera igualdad no discrimina, porque la mujer es libre, y en esa libertad individual, como ciudadana, no debe permitir que nadie imponga cómo, cuándo y de qué manera debe desarrollar su proyecto de vida en cualquiera de sus facetas.
Reivindicamos, además, políticas públicas eficaces de conciliación y apoyo para aquellas mujeres que deciden ser madres, de modo que ello no suponga una barrera en su desarrollo profesional, familiar o económico. Es imprescindible habilitar herramientas efectivas que faciliten esa elección.
Celebremos cada 8 de marzo, y todos los días del año, nuestra voluntad de seguir construyendo una sociedad basada en el respeto, la justicia y la equidad, combatiendo la instrumentalización y el abandono de las necesidades reales de las mujeres. Trabajemos desde las administraciones por un presente y un futuro en el que el mérito, el esfuerzo y la capacidad sean los pilares fundamentales del desarrollo de nuestra sociedad.
Por ello, es urgente actuar con responsabilidad para hacer de la igualdad un principio real. Y todo ello, sin dejar de latir.
